YAMAHA BLASTER 200
autoquad
6 junio, 2020
Pruebas iniciación, Yamaha
12,024 Puntos de vista
Este artículo está extraído de la web quadszone.com. Su autor es Toni Giménez, creador de dicha web.
YAMAHA BLASTER 200
El pequeño Blaster se antoja cómo una fantástica opción (por no decir la mejor) de compra a la hora de iniciarnos en el mundo de los quads. Su pequeño motor puede dar lugar a engaños, porque tiene la potencia suficiente para poner en apuros a sus hermanos mayores y sus contenidas dimensiones lo convierten en un vehículo tremendamente ligero y manejable ante cualquier tipo de situación.
FICHA TÉCNICA
• Motor: 2 tiempos, monocilíndrico
• Cilindrada: 200 cc.
• Cambio: Manual, 6 marchas.
• Arranque: a pedal.
• Longitud: 1.735 mm.
• Anchura: 1.035 mm.
• Altura del sillín: 740 mm.
• Depósito de combustible: 9 litros.
• Precio: 4.400 euros, 732.098 pts. (sin matricular)
El pequeño Blaster nace (como casi toda la gama de Yamaha) hace más de una década para cubrir el escalón inferior que dejaba el Banshee.
Se trata de un quad pequeño pero con una personalidad propia que te permite rodar por el campo a ritmos superiores a los que en un principio parece que va destinado.
Su motor, un monocilíndrico de 200 cc refrigerado por aire, rinde “solo” 20 caballos pero cuando le abres el gas empuja con mucha fuerza y hará cambiar de opinión a los más escépticos. Con el Blaster se puede rodar muy rápido, no se acompleja ante otros quads de superior cilindrada aunque, claro está, la mecánica y sus dimensiones se encargan de marcar los límites. Y digo esto porque cuánto más roderas tenga el camino, más tendréis que vigilar por donde lo metéis.
A su vez, también podréis meterlo en sitios más delicados que exijan menor distancia entre ejes.
A pesar de contar con un motor de 2 tiempos (tan en declive últimamente), el Blaster es apto para cualquier tipo de excusión y recorrido. No hace gala de unos espléndidos bajos pero en partes llanas el cambio escalona bien.
En cambio, cuando llegan las subidas se vuelve perezoso y te pide que le des “alegría” para superar las cuestas. Si son muy pronunciadas es posible que os encontréis con que la marcha elegida es muy corta y sin embargo, al subir una más, el motor se viene abajo, tendréis que llevarlo siempre alto de vueltas, algo que pasa factura a su autonomía, algo justa con sus 9 litros.
Su equipamiento es justo, cuenta con arranque a pedal, que si bien funciona de maravilla, obligará a que estemos atentos a la conducción para que no se nos cale en sitios complicados. El Blaster carece de batería y eso se nota (y mucho) si queréis circular de noche porque la luz se convierte en una vela cada vez que el motor baja de vueltas. Si encima tocamos el freno o los intermitentes, esto produce un bajón adicional que nos dejará casi a oscuras.
Los frenos, delanteros de tambor y disco trasero, cumplen muy bien con su acometido y nos permiten tirar de ellos fuertemente para hacer unas apuradas de lujo. Seguro que unos discos funcionarían mejor, pero es que los tambores que equipa van bien de verdad. El freno de estacionamiento es el único de la gama que funciona bien y eso se debe a que, a diferencia del resto de modelos de Yamaha, éste actúa sobre las ruedas delanteras, es decir, ancla los dos tambores con un sistema fácil y de escaso mantenimiento, por no decir nulo, a diferencia de los de disco trasero, que siempre se aflojan.
La suspensión también va muy bien. Los dos amortiguadores delanteros llevan 5 posiciones de regulación, aunque si nos dedicamos a saltar con él, es fácil que hagan tope. La suspensión trasera también cumple a la perfección con su acometido.
El Blaster lleva un depósito separado para ubicar el aceite de la mezcla, algo que es de agradecer porque siempre he pensado que es un engorro eso de llegar a la gasolinera y tener que estar calculando cuánto aceite tienes que añadir según los litros que eches. En su defecto, el testigo que nos avisa de que se acaba el aceite se enciende con suma facilidad, cuando apenas lleva un cuarto de depósito consumido, o sea, que nos tocará estar alerta no vaya a ser verdad que se acaba el lubricante.
De serie, este quad cuenta con una buena estabilidad, pero unos ensanchadores no vendrían mal. Para ganar un poco de anchura, podemos girar sus cuatro llantas, las delanteras sin problema porque la válvula no toca con los tambores y las traseras nos permitirán ganar 6 centímetros para circular algo más seguro.
El Blaster está recomendado para todas aquellas personas que quieran iniciarse en los quads con un modelo que no defrauda a nadie y aquellas que tengan un presupuesto ajustado y quieran una buena máquina con la que rodar sin complejos junto al resto del grupo. Se trata de una base estupenda para empezar a saborear las largas derrapadas en las curvas de tierra o salidas domingueras con los amigos.
Nos ha gustado:
• Equilibrio general: fantástico y enérgico 100X100
• Frenos
• Fiabilidad mecánica
A mejorar:
• Equipamiento general: de serie sólo monta el testigo del aceite y los de luces cortas y de emergencia se instalan con el kit de homologación.
• Ausencia de marcha atrás y arranque a pedal.