Este artículo está extraído de la web quadszone.com. Su autor es Toni Giménez, creador de dicha web.
UNA NUEVA RAZA
En esta ocasión presentamos el nuevo KFX 700, que no dejará indiferente a nadie. Nace una nueva raza de quads: deportivos automáticos con prestaciones de pura sangre. Kawasaki apuesta por un modelo que llena un hueco vacío hasta la fecha y al que seguro que pronto se apuntará la competencia. La batalla está servida.
Sinceramente, la primera vez que vi este Kawasaki, me quedé perplejo. El planteamiento de este quad llena un hueco vacío hasta la fecha y en el que parece ilógico que nadie haya dado el paso antes, pero creo que tampoco nadie lo había echado en falta porque no estaba. Desde la puesta en escena del KFX 700 V- Force, el mundo de los deportivos con tracción trasera da un giro sorprendente. La intención de compra de un modelo alto de gama no podrá hacerse excluyendo este Kawasaki, pero uno se pregunta:
¿Un quad automático, bicilíndrico, de 700 cc y más de 200 kgs… como se come eso?
Pues la verdad es que muy bien, porque el V-Force va a poner en apuros a muchos, muchos quads que hasta la fecha se suponen que son los máximos exponentes de esta categoría.
¿Por qué automático? es la pregunta del millón pero de fácil respuesta: por comodidad y velocidad de respuesta. Siempre que cambiamos de marcha, por muy rápido que se realiza el cambio, se pierde tiempo al engranar otra marcha y aunque pudiéramos reducir ese tiempo hasta el mínimo, entre marcha y marcha se pierde tracción. Con un variador, eso no ocurre, porque siempre tracciona. En Kawasaki se plantearon esta realidad, bajo la que sostienen que muchos pilotos, lo admitan o no, en la mayoría de circunstancias irían mucho más rápidos con un quad automático que manual y permitiría aprovechar mejor la potencia del motor a cualquier régimen. Para seguir avanzando, necesitaban un buen motor, y qué mejor que su ya experimentado KVF 650, que ya está más que experimentado. Se coge su base, se hacen los ajustes necesarios para lo que estamos buscando y tenemos finalmente un motor de cuatro tiempos, bicilíndrico, con distribución de 8 válvulas y con su configuración en V, siendo de esta forma, la primera de este segmento en equiparla y convirtiéndose en el quad deportivo de mayor cilindrada es estos momentos.
Cuando estás delante de él, la sensación es de que es grande, enorme. Una vez te subes, te das cuenta de que no es un quad pequeño, pero tampoco exagerado. Sus medidas se asemejan a las de un DS 650. La estética resulta innovadora, recordándome (si me permitís hacer un comentario personal) a aquellos monstruos mecánicos que se enfrentaban una y otra vez a Mazinger Z, parece uno de los malos. Verlo llegar por tu retrovisor, debe asustar. El sillín es cómodo y muy largo, recorre todo el quad, llegando hasta donde debería estar la boca de llenado del combustible, pero ésta la encontramos alojada en la parte trasera del quad, debajo de una tapa de plástico.
La gran distancia del sillín nos permitirá jugar con nuestro peso mientras conducimos (o pilotamos) para intentar evitar los continuos levantamientos del tren delantero, una misión casi imposible. Este sillín se puede levantar con tan sólo apretar una pequeña palanca situada bajo el mismo y que nos da acceso al filtro del aire, situado donde normalmente debería estar el depósito de gasolina. También encontramos la batería y el sistema eléctrico, todo bien compactado para que no toquen nada los que no entiendan en la materia.
En el centro del manillar, encontraremos el clausor y 6 testigos luminosos que corresponden al punto muerto, marcha atrás, nivel de aceite, nivel de líquido refrigerante, del combustible y un sexto para el estado de la correa del variador. En la mano derecha, tan sólo el gatillo del gas y la maneta de freno delantera. En el mando izquierdo, la maneta de freno trasera, combinada con un pedal y el selector de marchas, de tres posiciones (neutro, directa y marcha atrás), de muy fácil accionamiento, tan solo deberemos apretar el botón centrar y desplazar el mando hacia la posición que queremos. Este sistema funciona muy bien y es muy cómodo. En la piña de interruptores, además de accionar las luces y el arranque eléctrico, también podemos ver un botón que bajo el nombre de “OVERRIDE” nos servirá para deslimitar la marcha atrás en caso de ser necesario y debajo de este botón, el tirador del starter.. También tenemos un interruptor de corte de encendido. El claxon y los intermitentes, así como las luces de posición, quedarán pendientes del kit de matriculación.
En la parte trasera, lo que más despierta la atención es el sistema de correa que hace que no exista la típica cadena dentada con plato y piñón. Igualmente, tampoco hay freno de disco a la vista sino que se trata de un sistema multidisco sellado y bañado en aceite (los delanteros son dos discos con pinzas hidraúlicas y doble pistón). El amortiguador trasero es ajustable en precarga y compresión, teniendo un recorrido de serie de 200mm. Los amortiguadores delanteros son independientes y ajustables en precarga solamente, con un recorrido útil de 234 mm.
Hay mil detalles más que contar sobre este quad, como que las llantas son de aluminio reforzadas y los neumáticos unos ITP Holeshot XC 22X7-10/XCT 22X11-10 de 6 lonas pero las ganas están en probarlo.
Lo arranco y el motor suena muy fino, casi parece eléctrico. Nada hace sospechar lo que se esconde bajo el sillín, que no es otra cosa que toda una caballería entera dispuesta a salir en el momento que giremos el gatillo. Si nos fiamos del ruido que hace llegaremos a pensar que este quad no debe pasar de 50kms/h. Aprieto el gatillo y salgo poco a poco. La primera sensación es de que el conjunto es pesado, encaro una recta, abro el gas a fondo (creo) y…¡madre mía!,¡ esto es increíble!, hasta la fecha no había probado nada igual. La aceleración es brutal, sin embargo, en todo momento se muestra dócil y dosificable pero la sensación de potencia se puede equiparar a la de un F-1. Lo más parecido que había probado hasta el momento fue un Yamaha Banshee con una preparación de 80 cv, pero la potencia que entregaba al abrir gas era tanta que el tren trasero pedía el paso al delantero, con lo que mis manos no fueron capaces de pilotarlo en ningún momento.
En cambio, el V-Force, es intuitivo y fácil de llevar, en su conjunto se muestra muy noble y os puedo asegurar que es, hasta la fecha, el quad de serie que más acelera del mercado y encima lo hace con una suavidad pasmosa.
El día anterior, pusieron a prueba este quad enfrentándolo a un Suzuki LTZ-400 (con escape FMF), un DS650 (con preparación de carreras) y un Polaris Predator y ganó el Kawasaki en todos los intentos realizados, corroborando de esta forma, la propaganda y el mensaje lanzados por la casa, indicando que ha llegado al mercado un quad ganador, con prestaciones superiores a las del resto de la competencia. De verdad que cada vez que hacer mover el gatillo, se te pone una sonrisa de oreja a oreja.
Llegamos al final de la recta y quiero dar la vuelta por donde he venido pero el quad me hace un intento de volcada, teniendo que enderezarlo. El terreno estaba un poco bacheado, pero a golpe de gas debería haberlo sacado y no ha sido así. Es sin duda la falta de tacto a este motor pero entonces me doy cuenta que el eje trasero se ve muy estrecho para las dimensiones de este quad, lo que facilita este tipo de situaciones. En las zonas reviradas se mueve muy bien aunque el conjunto se torna pesado y buscar el máximo provecho de esta máquina requerirá un poco de adaptación aunque para un uso normal, todo es muy fácil de llevar e intuitivo aunque la forma física jugará un papel importante en la conducción de esta máquina.
El V-Force da mucha confianza. Llegas a la curva, sueltas un poco el gas, buscas la trazada y vuelves a abrirle para controlar la trayectoria con el eje trasero. En las curvas anchas, esta solución es ideal, a pesar de que el variador tiene un poco de retardo en su respuesta, a diferencia de un cambio manual, pero cuando actúa, se recuperan esas décimas de tiempo perdidas con creces. En las curvas cerradas, como ya he comentado, la estrechez de vías y el peso del quad hacen que quiera volcar con demasiada facilidad, punto que seguramente quedará solventado con un eje más ancho o unos separadores.
Los frenos van muy bien, tanto de tacto como de mordida y detienen al quad en breves metros, sin extraños ni variadas de trayectoria. Las suspensiones deberían usar otros reglajes o ajustarlos a las circunstancias, siendo los delanteros algo duros de tacto pero sin conseguir absorber la totalidad de las irregularidades del suelo y el trasero tiende a rebotar en exceso. A la larga se traduce en cansancio de brazos y se deberán ajustar a las necesidades personales de cada conductor o el tipo de terreno.
Entre las cosas que se podrían mejorar, está el tema del depósito de combustible, porque si bien no tenemos las cifras oficiales de consumo, el motor twin de 700cc y con la “alegría” que muestra en todo momento y la capacidad de aceleración que tiene, seguro que no resulta un quad ahorrador de combustible, por lo que los 12 litros que puede albergar el depósito seguramente se quedarán escasos para tener una buena autonomía.
Después de probarlo, y a pesar de saber que el V-Force ya ha ganado carreras, es fácil darse cuenta que para conseguir estas victorias se deben dar varios requisitos, como el tener un circuito revirado, sin largas rectas y donde el resto de sus competidores no puedan pasar de una 4rta o 5nta marcha para engranar. Con estas premisas y en buenas manos, estoy seguro que este Kawasaki no tiene rival, pero en carreras tipo raids, la velocidad punta y la autonomía jugarán en su contra. Por otro lado, los 234 kilogramos que registra en la báscula lo convierten en un candidato imposible para las carreras de cross, que se alejan mucho de sus posibilidades, por falta de ligereza y maniobrabilidad en los saltos y puntos conflictivos donde sus rivales directos se pesan la friolera de 50 kilogramos menos de media.
Ahora bien: si lo que buscas es un quad deportivo potente para las excursiones y salidas domingueras, sin ganas de complicaciones y con facilidad de manejo y conducción simple, el V-Force es el candidato perfecto, donde ninguno de los quads deportivos existentes en el mercado actualmente podrán plantarle cara a esta máquina en cuanto a prestaciones de motor puramente dichas.
Con el V-Force en tus manos, ni Raptors, Predators, Wilds 450, DS 650 o LTZ-400 podrán hacerte sombra a lo largo de tu camino. Lo que llega a correr este quad es impensable y dejará atónito al más incrédulo.
Nos ha gustado:
•Motor impresionante.
•Facilidad de uso y conducción.
•Diseño innovador.
•Suavidad de funcionamiento.
A mejorar:
•Peso elevado.
•Reglajes de suspensiones.
•Estrechez del conjunto, que limita sus reacciones y comportamiento.
•Capacidad del depósito de combustible.