La Ruta del Quad La web del aficionado al Quad, ATV, Buggy y Side by Side
Este artículo está extraído de la web quadszone.com. Su autor es Toni Giménez, creador de dicha web.
POLARIS PREDATOR 500 2003
Polaris vuelca toda su experiencia en este quad deportivo para entrar en el mercado de forma contundente, con un producto al que se le pueden hacer pocos reproches y concebido para ganar carreras. El conjunto general se muestra formidable, con soluciones técnicas innovadoras que suponen un avance muy importante en el mundo de los quads. Polaris tenía una deuda pendiente con sus clientes y adeptos y ésta ha llegado en forma de Predator. Después de dominar el mercado con su gama de automáticos tanto en versiones de 2×4 y 4×4 que han hecho las delicias de sus usuarios, quedaba una asignatura pendiente con los circuitos, donde Polaris aparecía como el patito feo por no tener un modelo competitivo con el que plantar cara a la competencia. La respuesta por parte de la marca americana se ha hecho esperar, pero la espera ha valido la pena porque el resultado ha sido un quad elaborado a conciencia para salir a triunfar desde el primer momento en el que se aportan soluciones técnicas innovadoras y un conjunto homogéneo al que apenas se le pueden poner pegas. Se ha concebido un quad muy efectivo que, en buenas manos, seguro que dará los frutos deseados. Empezando por su imagen, el Predator es totalmente agresivo, con un grupo de doble óptica que da un buen haz de luz y un sillín anatómico que se adapta a las necesidades físicas del momento con un buen mullido de su espuma que resulta cómoda en todo momento. Los aletines están integrados al resto del quad con una protección contra al barro que se puede considerar de aceptable, como en la mayoría de quads deportivos. En el manillar encontraremos el claúsor para la llave de contacto junto a la que se ha ubicado el tirador del starter siendo éste de muy fácil accionamiento. En este mismo sitio encontraremos un testigo de punto muerto y otro de temperatura alta. En la piña de mando izquierda se halla el accionamiento de las luces (cortas y largas), un interruptor de corte de encendido y el botón de arranque. En la derecha, el gatillo de gas y el freno de parking, de un sistema similar al utilizado por Gas Gas pero perfeccionado y totalmente eficaz, pues la pequeña palanca que equipa el Predator bloquea a la perfección las ruedas delanteras, se acciona con suma facilidad y no se encalla al soltarlo. ¿Qué vamos a encontrar en este Predator? ante todo, un quad al que no tendremos que añadirle ninguna suma de dinero para mejorar su comportamiento porque éste se muestra intachable y la equipación mecánica que monta de serie se muestra muy aceptable aunque necesitará de unas parrillas y un desconectador para los que quieran competir. Para empezar, el Predator monta latiguillos metálicos tanto para los discos delanteros (ventilados con pinzas de doble pistón) como los traseros (pinza de pistón simple), superiores a los convencionales de caucho tanto en prestaciones como en durabilidad, llantas de aluminio Douglas Wheel (de 10 tanto las delanteras como las traseras) con neumáticos Maxxis Razr PR diseñados exclusivamente para optimizar el rendimiento de este vehículo. Un protector de bajos que Polaris anuncia que no se abolla ni se oxida y un eje trasero Premium de mayor calidad que los convencionales para que no tengas la necesidad de sustituirlo. La suspensión es superior también a las soluciones convencionales, corriendo a cargo de la casa Fox (oleoneumáticos con precarga de muelle) y siendo ésta ajustable tanto en extensión como en compresión para las necesidades de cada usuario. El chasis, recibe un diseño específico para las necesidades del propulsor y se combina con el tarado de las suspensiones y la estudiada geometría del tren delantero para conseguir el noble comportamiento de este quad. Su construcción está realizada en tubo de acero de diámetro reducido. El propulsor, de 499cc. es el encargado de empujar al Predator hasta los 50 cv a 9000 rpm y consiguiendo una aceleración de 6 segundos de 0 a 100km/h, superior a todos sus rivales del mercado. Es monocilíndrico, lleva doble árbol de levas, refrigeración líquida y un cambio manual de 5 velocidades. Y hemos dejado para el final la solución más innovadora de Polaris aplicada a este quad y culpable en gran medida de las reacciones del Predator, se trata del nuevo sistema de dirección, desarrollado por la marca, denominado PRO (Polaris Rider Optimized). ¿En qué consiste este sistema de dirección?: hasta la fecha, todos los quads disponibles en el mercado, disponen de una dirección convencional, es decir, al girar el manillar se actúa directamente sobre las rótulas y las barras de dirección que hacen desplazarse las ruedas en un sentido u otro. Polaris añade a este sistema una caja de bieletas al final de la barra de dirección que reduce el esfuerzo necesario para hacer girar el quad en la dirección deseada, similar al efecto de un embrague hidráulico, que, puesto en la práctica dan al Predator una facilidad pasmosa para meterlo en curvas y reduce casi en su totalidad las inercias presentadas hasta ahora por el resto de quads a volcar cuando se entra rápido en los giros puesto que lo que se consigue es eliminar el rebote de dirección y a la vez se optimiza el radio de giro. El resultado es una mayor facilidad de conducción, con un control superior sobre el quad que disminuye el radio de giro necesario para efectuar una curva y poder apurar más las frenadas hasta el interior de la misma sin perder el control en ningún momento. Hasta aquí la teórica y ahora ha llegado la hora de probarlo. Ante todo disculpad por la calidad de las fotos pero no dejó de llover en todo el día y, lo que en un principio era una pista mojada, se fue convirtiendo poco a poco en un barrizal, en el que nuestro protagonista se defendió como pez en el agua pero donde sus formas dejaron de apreciarse con nitidez. Nos subimos en él y lo arrancamos. La primera sensación que ofrece es que está en su justa medida, ni tan grande como el DS ni pequeño como el Sportrax, se adaptará a todo tipo de pilotos. La sensación en parado es de que la suspensión está demasiado dura, porque ni se inmuta al subir al quad o hacer fuerza sobre ella. Luego en marcha, se demuestra que no es así. Entre algunos detalles a comentar, podemos decir, que la botella de expansión del circuito del agua está junto al radiador, donde su control a la vista es perfecto y su ventilación también. El asiento es cómodo y el motor suena muy bien, mejor cuando lo escuchas de lejos que cuando lo pilotas, que parece más tranquilo y apacible, mientras que en la lejanía da la sensación de que equipa un tubarro. No tiene muchos más secretos para comentar porque los indicadores son casi nulos, se ha pensado únicamente en su uso deportivo. Metemos primera, segunda, tercera… el motor empuja muy bien, no tiene vacíos y responde a cualquier régimen de giro, empujando desde abajo para sacarle el máximo provecho a cualquier marcha en cualquier situación. Debido a la situación del terreno, en las aceleraciones perdía tracción por culpa del barro, con lo que la sensación de agarre por parte del tren trasero también se perdía, pero sobre asfalto realicé un par de pruebas de aceleración y quedé gratamente sorprendido de lo que empuja, porque hasta la fecha, los quads en asfalto nunca me habían dado sensación de poderío. El embrague por su parte, tiene un tacto muy bueno, similar a uno hidraúlico y, a pesar de que no paramos de castigarlo con constantes caballitos y largas derrapadas en primera y segunda, nunca mostró desfallecimiento. Uno de los detalles que me llamó la atención y que me agradó mucho es que al echar el cuerpo hacia atrás para afrontar la caída de un salto o cargar simplemente el cuerpo sobre el eje trasero para que traccione más, las piernas quedan perfectamente acopladas a los plásticos, lo que nos ayuda a controlar mejor el quad. Las estriberas también ofrecen un agarre muy bueno y acaban en un poco de punta para evitar el deslizamiento lateral.Los frenos son una gozada, los delanteros actúan con contundencia en cuanto los necesitas, llegando a circular incluso varias veces con las ruedas delanteras bloqueadas, sin perder nunca la dirección del Predator.
El trasero por su parte, tiene tendencia a bloquearse debido precisamente a su alto poder de frenada. Las suspensiones que, como he dicho antes, parecen demasiado duras, se lo tragan todo sin rechistar. Una de otras cosas curiosas que presenta el Predator es que en los saltos, aunque los tomes mal y te desniveles, siempre cae bien, señal de que el chasis está bien diseñado. Y lo mejor de todo es el sistema de dirección, porque sobre el terreno va realmente bien, lo mejor que se ha inventado hasta la fecha.. La sensación que ofrece dada su suavidad, es de que los neumáticos van con sobre-presión de inflado pero siempre se mantiene en la trazada y apenas tienes la sensación de vuelco por muy fuerte que entres en las curvas (siempre dentro de unos límites). Es todo tan simple como apuntar la trayectoria que deseas hacer y la ejecutas. El hecho de que los trapecios delantero tengan un diseño distinto entre los inferiores y los superiores hace que el tren de dirección gane en robustez en las curvas y que el tren trasero nunca pierda el contacto con el suelo. Este factor se traduce en una aceleración instantánea y en ganancia de tiempo cuando cuando el cronómetro es nuestra referencia. Gracias al comportamiento general del quad, se puede decir que el tiempo de adaptación al Predator es prácticamente nulo, cuando llevas 5 minutos con él parece que lo has llevado toda la vida. No se puede decir mucho más de este quad. El conjunto general funciona muy bien y apenas se le puede echar nada en cara. A mi entender, Polaris ha encontrado la fórmula perfecta para el usuario que quiere un deportivo de primera línea para realizar sus excursiones de fin de semana y el piloto que quiere competir. A todo esto, hay que añadir que Polaris ha creado una línea de accesorios para que el usuario pueda acabar de completar la equipación de esta máquina o su rendimiento. Entre ellos destacan los protectores de aluminio para trapecios, bajos y corona, las parrillas, filtro k n, cadenas de alto rendimiento, etc, así como un conjunto de ropa y complementos propios de este modelo de los que podréis encontrar la información necesaria en vuestro distribuidor. Su precio es de 10.000 euros (1.663.694 pts) con el iva y el kit de homologación incluido pero sin la matriculación. Su garantía es de 2 años con las piezas y mano de obra incluidas.
Nos ha gustado:
• Sistema de dirección muy preciso.
• Suspensiones.
• Frenos.
• Bastidor.
• Motor.
A mejorar:
• Ausencia de marcha atrás.
• Instrumentación casi nula.
