Arena, dunas y desierto. He ahí lo que buscan los pilotos y equipos del Dakar y todo apunta a que el menú exclusivamente peruano que les espera el próximo mes de enero sabrá responder con contundencia a sus expectativas.
Esa sensación da, al menos, a la luz de la respuesta colectiva a la llamada realizada a principios de año, cuando se anunció un recorrido que se concentra en tierras peruanas. En total, 334 vehículos se darán cita en la línea de salida de Lima el próximo 7 de enero, todos ellos con la ambición de regresar a la capital 5.000 kilómetros después, 3.000 de ellos en especiales marcadas por una intensidad sin precedentes. “Es como si disputáramos la regata Vendée Globe únicamente en los cuarenta rugientes”, apunta el director Etienne Lavigne para definir el grado de dificultad de la edición 2019.
El desempeño en carrera, la capacidad para navegar por terreno abierto sin despistarse y la resistencia física indispensable para desenvolverse en tramos arenosos donde los kilómetros cuentan el doble serán sin duda los criterios que deberán superar los aspirantes al título. En motos, las implacables KTM de Walkner, Price y Sunderland volverán a plantar cara a las Honda de Benavides, Gonçalves y Barreda, sin olvidar las Yamaha de Van Beveren y De Soultrait. En coches, los antiguos pilotos de Peugeot se encontrarán repartidos entre los Mini, donde Sainz, Peterhansel y Despres se codearán con Roma, Przygonski y Terranova, mientras que Loeb pilotará un Peugeot preparado por el equipo privado PH-Sport. Deberán competir con los Toyota de Al Attiyah, De Villiers y Ten Brinke, en el seno del plantel de coches más abultado desde 2015. En la categoría de pesos pesados, los favoritos de la escudería Kamaz tratarán de sacarles los colores a sus rivales del Team De Rooy, empezando por su líder Gerard De Rooy, que vuelve con fuerza tras el sabático del año pasado.
Más allá de la batalla por los puestos de honor, el análisis de la lista de inscritos revela ciertas tendencias que perfilan ya la cosecha de 2019. Por ejemplo, que abundan los debutantes, habida cuenta de que se estrenarán en la prueba 135 debutantes, permitiendo a 97 vehículos (30% del total) pelear por la designación del mejor rookie. A continuación, la categoría SxS despega con fuerza este año, con un total de 30 inscritos, y, sobre todo, una contienda que se presenta apasionante entre el que fuera ganador en quads Sergey Karyakin, el expiloto de motos Gerard Farrés (3º en 2017) o la sensación estadounidense del off-road Casey Currie. Por último, soplan aires femeninos en el Dakar, pues el número de mujeres inscritas en carrera no había sido nunca tan alto desde el desembarco de la prueba en tierras sudamericanas. En total serán 17, entre ellas la siempre fiel Laia Sanz en motos, además de parejas a quienes habrá que seguir muy de cerca, como Camelia Liparoti-Rosa Romero en coches y Annett Fischer-Andrea Peterhansel en SxS.
Semimaratón: el derecho a una segunda oportunidad
En el Dakar las decepciones son en ocasiones crueles, como ocurre cuando se da un abandono prematuro después de apenas unos centenares de kilómetros en carrera. Este año, los coches, camiones y SxS que se apeen de la pista en la primera parte del rally podrán reincorporarse a la carrera después de la jornada de descanso en una competición paralela. Competiendo en una clasificación separada, estos vehículos lucirán una placa naranja y no podrán tomar nunca la salida entre los 25 primeros de una especial.